Joe Biden presidente de los Estados Unidos aprobó el proyecto Willow con el que las empresas podrán extraer petróleo de Alaska, aunque un grupo de defensores del medio ambiente denuncia que esto puede contaminar el aire y el agua en esa zona de los Estados Unidos. El proyecto petrolífero en el norte de Alaska tendrá un profundo impacto en la naturaleza según los grupos ecologistas.
En un informe hecho público del Departamento de Interior, se aprobó a la empresa estadounidense ConocoPhillips para que inicie con las labores. Una medida que ha provocado el aplauso de las autoridades de Alaska y de la industria petrolera.
¿En qué consiste el proyecto Willow?
Es un proyecto ubicado dentro de la reserva nacional de petróleo de Alaska, una zona de tierras públicas del Gobierno federal que además tiene 200 millas al norte del círculo polar Ártico. A esta zona se le considera como uno de los lugares más ricos en biodiversidad del planeta y al mismo tiempo uno de los menos explorados en los Estados Unidos.
La administración Biden aprobó el proyecto con 3 plataformas de perforación a pesar de haber expresado su preocupación por el impacto del proyecto Willow en los gases de efecto invernadero. En un principio ConocoPhillips pretendía construir hasta 5 perforaciones, 7 puentes, decenas de kilómetros de carreteras y oleoductos. Sin embargo, el proyecto fue reducido para evitar el impacto sobre hábitats de especies como el oso polar y el somormujo lavanco.
La compañía petrolera con sede en Houston aceptó con satisfacción la decisión de recortar el proyecto. Sostienen que la decisión es lo mejor para Alaska y para el país. Creen que el proyecto Willow creará cientos de puestos de trabajo y aportará miles de millones de dólares en ingresos a las arcas federales y estatales.
¿Qué alegan los ambientalistas?
Diversos grupos ecologistas critican al presidente Biden por no fijar una postura concreta con relación al cambio climático. Consideran que el proyecto Willow contaminará el aire y agua de Alaska e impactará en los patrones migratorios de los animales. Sostienen que liberara 239 millones de toneladas métricas de gas de efecto invernadero al aire durante los 30 años de vida útil del proyecto.
Más de 2 decenas de organizaciones medioambientales han firmado un comunicado en conjunto en rechazo de esta aprobación. Esta cantidad de gas de efecto invernadero equivale a las emisiones anuales de 64 centrales eléctricas de carbón. Las organizaciones sostienen que promover el desarrollo de energías limpias carece de todo sentido mientras se apruebe que las empresas sigan contaminando a su antojo.
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