7 grandes problemas de los videojuegos modernos

Las ciencias de la computación, sin duda alguna, han significado una revolución inédita en todos los aspectos de la humanidad. Desde tareas sencillas como archivar información hasta la exploración del espacio y el mundo subatómico, su huella es prácticamente incalculable.

Pero su influencia no es percibida en demasiados aspectos de la vida diaria, sino apenas en un conjunto de actividades. Entre ellas, sobresale el mundo del entretenimiento, con los videojuegos liderando la lista de opciones para el tiempo de ocio.

Como suele ocurrir con toda tecnología emergente, a menudo es difícil o imposible prever sus consecuencias, especialmente a largo plazo. Los videojuegos, gracias al desarrollo de interfaces más avanzadas y gráficos cada vez más realistas, no han sido la excepción.

En un mundo cada vez más ensimismado, los videojuegos se han convertido en una segunda existencia para millones de personas. Entre ellos, millones de niños, adolescentes y adultos jóvenes, quienes a menudo ignoran las graves consecuencias del exceso de videojuegos.

Adicción

A diferencia de cualquier actividad natural como hacer deporte, jugar al aire libre o similares, los videojuegos pueden ser adictivos. De hecho, los hallazgos científicos de décadas de investigación señalan que, en la mayoría de casos, los videojuegos generan adicción. La Organización Mundial de la Salud la reconoce como trastorno psicológico en la recientemente publicada CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades).

Como ocurre en cualquier otro trastorno debido a comportamientos adictivos, el individuo no tiene control sobre el impulso de jugar. Además, el incremento gradual de la prioridad del juego en su vida le hace descuidar y/o abandonar sus verdaderas prioridades. Las consecuencias de este abandono se van extendiendo gradualmente hasta impactar profundamente la salud y calidad de vida del paciente.

Síndrome de la pantalla electrónica

Una de las primeras consecuencias de la adicción a los videojuegos ha sido denominada como “Síndrome de la pantalla electrónica”. Está causado fundamentalmente por la sobreestimulación sensorial producida por las imágenes y efectos sonoros de los videojuegos en el cerebro. Ello desencadena una situación de estrés crónico sobre el sistema nervioso que afecta el ánimo, la cognición y el comportamiento.

No se trata de una condición exclusiva de niños y adolescentes, sino que ya afecta cada vez a más adultos. Desde un aparentemente inofensivo juego de casino online hasta una inmersiva experiencia de realidad virtual, el riesgo de adicción está allí. Los síntomas más comunes son la alteración del sueño y de la personalidad, con aumento de la agresividad y el aislamiento.

Enfermedades articulares y posturales

La repetición de ciertos movimientos durante tiempos prolongados, como es sabido, produce diversos tipos de lesiones en músculos y tendones. Las más comunes están asociadas a dedos, manos, muñecas, codos y hombros, debido a su uso excesivo durante largas horas. El “pulgar de jugador”, antes conocido como “nintendinitis”, es una inflamación conocida en el mundo médico como tenosinovitis de Quervain.

La tendinitis estenosante, en que el dedo pulgar se queda atascado en posición de pinza, es otro de los riesgos. Otra dolencia común es el síndrome del túnel carpiano, una inflamación del nervio mediano de la muñeca que afecta las actividades diarias. También son habituales en los gamers las afecciones de cuello y espalda, junto a diversas condiciones oculares y cefaleas.

Malos hábitos alimenticios y obesidad

Se ha demostrado la relación entre los videojuegos y la obesidad en adolescentes, y se conjetura lo mismo en adultos. El aumento de la ingesta asociada a los videojuegos fue independiente de la sensación de hambre o los valores hormonales. Una sola sesión de juego fue suficiente para que todos los individuos registraran ese aumento en la ingesta de alimentos.

Este incremento calórico, sumado al sedentarismo evidente de la actividad, prepara el terreno para una rápida escalada del peso corporal. Se sospecha que la sobreactivación de los centros de recompensa del cerebro pueden estar detrás de esta alteración del patrón alimentario. Dicha sobreestimulación no solo conduciría a una hiperingesta, sino a la selección de alimentos ricos en azúcares, grasas y carbohidratos.

Deterioro psicosocial, afectivo y cognitivo

Son numerosos los estudios que han abordado y demostrado la relación entre el exceso de videojuegos y diversas entidades psicopatológicas. Los hallazgos en psicología infantil y juvenil son, cuando menos, alarmantes, con cuadros tan delicados como depresión e ideación suicida. Desde el escaso desarrollo de las habilidades sociales a causa del aislamiento hasta comportamientos que se confunden con trastornos mentales severos.

Además, se ha demostrado la relación entre los rasgos de agresividad y narcisismo y la adicción a los videojuegos. También se ha probado que dicha adicción deteriora la memoria, la resolución de problemas sencillos y las destrezas lectoras básicas. Aunque se creía que afectaba únicamente a niños y adolescentes, la exposición prolongada a videojuegos también afecta la capacidad de concentración. 

Violencia

El alto contenido de violencia en muchos videojuegos ha causado polémica desde sus orígenes, y no hace más que crecer. No es fortuita, naturalmente, pues por primera vez en la historia, el videojuego inauguró la habilidad de simular el asesinato. Con el avance del realismo de los videojuegos modernos, dicha experiencia es cada vez más vívida y, por tanto, preocupante.

La controversia ha sido alimentada por el creciente número de títulos de juegos cargados de violencia y por eventos reales. La contradicción entre crear juegos violentos para adultos y permitir su libre acceso a los niños solo agrava el panorama. La tristemente célebre masacre de Columbine, por ejemplo, fue inmediatamente atribuida a la influencia del primer videojuego de disparo en primera persona.

Racismo, sexismo y otras formas de segregación

La prevalencia de personajes caucásicos en la mayoría de videojuegos pone de relieve el sesgo de racismo identificado por los estudiosos. La representación de otros grupos étnicos como afrodescendientes, latinos, árabes y asiáticos suele confinarse a ciertos estereotipos, no siempre favorables. Incluso en Japón, donde se produce una inmensa cantidad de videojuegos anualmente, solo el 3% de los personajes son asiáticos.

En materia de género, los videojuegos parecen reforzar preocupantemente los estereotipos sexistas de exclusión, degradación o cosificación de la mujer. A pesar de los esfuerzos de algunos desarrolladores para intentar remover estos nocivos estereotipos de sus juegos, siguen siendo minoría. La comunidad LGBT+, por otra parte, también ha sido tradicionalmente representada en los videojuegos bajo una óptica humillante o ridiculizante.