El ahora ex presidente de Perú Pedro Castillo fue detenido por las autoridades del país tan sólo un par de horas después de anunciar la disolución del congreso nacional y decretar un gobierno de excepción. La policía confirmó el arresto del maestro rural quien había asumido el poder en julio de 2021.
De esta forma termina la historia de un presidente asediado por una eterna crisis política desde que comenzó a gobernar que derivó en un rechazo generalizado en torno a su acción catalogada como golpe de estado en marcha.
Pedro Castillo contra las cuerdas
El movimiento del ahora expresidente luce más como un mandatario contra las cuerdas que como un estratega golpista. El maestro rural estuvo asediado por una crisis política y múltiples denuncias por corrupción. Sin embargo, tras el decreto de la disolución del congreso sembró el miedo durante horas en Perú, debido a los peores ecos del pasado.
Las acciones de Pedro Castillo hicieron recordar a los peruanos las medidas anunciadas por el autogolpe de Fujimori del 5 de abril de 1992. El autócrata que gobernó Perú en la década de los 90 por aquel entonces anunció el cierre de las puertas del congreso e intervino el poder judicial. Sin embargo, Pedro Castillo no tiene ni la popularidad ni el mismo apoyo militar del expresidente Alberto Fujimori.
Una medida repudiada por los mismos colaboradores de Castillo
La jugada final del expresidente terminó en una apuesta en solitario. Desde que decretó la disolución del congreso las reacciones de rechazo fueron inmediatas y generalizadas. Desde dentro, el tribunal constitucional pidió a las fuerzas armadas restablecer el orden. Mientras que los Estados Unidos a través de su embajador en Lima instó al presidente a revertir su decisión.
Algunos locales comerciales comenzaron a cerrar sus puertas y la gente se lanzó a las calles en cuanto se conoció el anuncio de Pedro Castillo. Una multitud de padres se dirigía a los colegios para recoger a sus hijos. La decisión del expresidente provocó el rechazo general de todas las fuerzas públicas. Incluso el partido donde Castillo se presentó a las elecciones de presidente aseguró que no apoyaría el golpe de estado en marcha.
Las personas que rodeaban al maestro rural se separaron rápidamente. Varios ministros presentaron de inmediato su renuncia mientras que el embajador de Perú ante la ONU también presentó su dimisión. El país sudamericano frustró un intento golpista, sin embargo, sigue la inestabilidad política que arrastra desde hace más de cuatro años.
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