Un estudio reciente ha encontrado evidencia sobre una posible relación entre la pérdida de los sentidos del olfato o el gusto con la pérdida de memoria tras haber padecido coronavirus. Aunque es cierto que estos síntomas eran más propensos a aparecer con las primeras variantes del SARS-CoV-2, con todo, siguen siendo frecuentes en las variantes más recientes.
La pérdida del olfato
Es cierto que desde hace tiempo ya se había demostrado que la pérdida del olfato podría ser un síntoma temprano de la inminente aparición de la enfermedad del Alzheimer. Investigaciones previas habían confirmado que se podría padecer pérdida de olfato incluso años antes de los primeros síntomas cognitivos.
Esto parece indicar que hay un vínculo entre las regiones cerebrales que se encargan de la interpretación de los estímulos olfativos y aquellas que se encargan de la memoria. Sin embargo, un grupo de investigadores brasileños han realizado un nuevo trabajo analizando los datos clínicos de más de 700 pacientes que tuvieron COVID moderado y grave en los primeros meses de la pandemia de coronavirus en el 2020.
Los resultados demostraron que 6 meses después de haber sido dados de alta, aquellos que presentaron trastornos de olfato y gusto más graves después del COVID obtuvieron peores resultados en las pruebas cognitivas sobre todo en aquellas en las que implicaba la memoria y atención. Por lo que ratifica las observaciones previas a la pandemia sobre la relación de la memoria y el olfato.
El olfato está íntimamente relacionado con la memoria según estudios
Según el otorrinolaringólogo Fabio Pinna uno de los responsables del estudio, aseguró que el olfato es un vínculo muy importante del cerebro con el mundo exterior y está estrechamente relacionado con las vivencias pasadas. En términos de conexiones cerebrales, el olfato interactúa de forma mucho más sólida con la memoria, incluso por encima de la vista y el oído.
Los resultados de las investigaciones demostraron que los sujetos que tuvieron parosmia presentaron más problemas de memoria que el resto de los pacientes, mientras que aquellos que tuvieron un déficit gustativo de moderado a grave obtuvieron los peores resultados en una prueba para medir la atención y memoria episódica.
Aunque no encuentran síntomas siquiátricos para asociar la pérdida de ambos sentidos, las observaciones demostraron que la atención y la memoria episódica estaban más deterioradas en las personas que presentaron más alteraciones quimio sensoriales.
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